Este fin de semana pasado mientras el norte estaba amenazado por la bombogénesis explosiva, que no fue para tanto, decidimos realizar un viaje que teníamos pensado hace tiempo, visitar las bodegas riojanas de la zona de Alava.
No es que seamos aficionados al vino, sino que en esta zona de Alava se encuentran a menos de 30 km de distancia 3 bodegas diseñadas por 3 de los "grandes arquitectos" contemporáneos.
Parece que hoy en día las bodegas, arquitectónicamente hablando son las Catedrales del S.XXI y no hay arquitecto que no desee recibir el encargo de una de estas. Hay cientos de bodegas en La Rioja Alvesa y probablemente con mejores vinos que las que destacamos a continuación, pero para nosotros el interés arquitectónico de estas supera su interés gastronómico.
La primera bodega que visitamos fue la que pertenece al Bodegas Ysios, del Grupo Domeq, realizada por el pólemico arquitecto Santiago Calatrava, tan admirado como criticado. Se encuentra en el pueblo de Laguardia y destaca, con su juego de cubiertas alabeadas de chapa galvanizada jugando con las vides, y la madera envejecida simulando las barricas donde se almacena el vino. Para mi es una de las obras donde Calatrava se muestra más como arquitecto, trabajando con mesura, contención y sensibilidad, que como ingeniero.
La siguiente bodega que visitamos fue la del Marques de Riscal en el pueblo de Elciego, donde se encuentra el Hotel diseñado por Frank Ghery, siguiendo con el juego de curvas en chapa con el que nos sorprendió en el Guggenheim de Bilbao. En este caso cuando estas justo debajo, este juego de curvas y colores parece caprichoso, inquietante y divertido pero cuando subimos a lo alto del monte para verlo dentro del contexto urbano, nos sorprendió lo bien que se integra con el paisaje emulando los colores de la tierra y el vino, y sin competir con la iglesia del pueblo, que consigue potenciarla.
Por último en el pueblo de Haro, se encuentra una pequeña folie creada por la arquitecta iraní Zaha Hadid. Un caprichito que los propietarios de las bodegas de Viña Tondonia han decidido darse. Es un pequeño edificio que simula en planta y en alzado un decantador de vino y que muestra al 100% el estilo de Zaha Hadid. Merece la pena visitarlo y tomarse una buena copa de vino sentado en su interior blanco inmaculado, donde destaca un pequeño kiosco de madera del año 1910. Por la noche los reflejos en la marquesina vidrio, refleja las trazas de luz del interior. Una delicia sin duda alguna.
Pues con esto acabamos por hoy, este es un viaje recomendable al 100% no sólo por el vino y por al arquitectura, sino por que es una tierra magnifica de gente amable y acogedora y con un paisaje imponente.